Lo
volví a leer de nuevo, solo que esta vez con los ojos más abiertos para
intentar darle sentido a esto. “El actor Logan Lerman confirma que su relación
con ______ Moore es verdadera. ‘Justin y ella rompieron hace bastante tiempo’
afirma el mismo.”
-Ya
estoy listo enana – oí su voz detrás de mi mientras terminaba de colocar su
pelo con las manos. Me levanté al instante y puse la revista detrás de mí.
Estaba confundida, y él lo notó – ¿Pasa algo? – tiré la revista al suelo y me
acerqué a él entrelazando mis dedos por detrás de su cuello para distraerle
-No,
que va a pasar. Nada, absolutamente nada. Por qué me lo preguntas?
-Me
vas a pegar? – reí y le miré confusa – que te acerques tanto me preocupa…
seguro que no tienes fiebre? – dijo tocándome la frente. Sonreí
-Claro
que no tonto, estoy bien – se empezó a acercar demasiado. Le miré mal y me
aparté de él – No te emociones Bieber
-Bueno,
vale… voy a coger las llaves. - Fue hacia el sillón, donde estaba la revista.
Venga cerebro, manda una acción rápido para que evite que él vea esa revista.
Como si una bombilla se hubiera encendido, tosí
-Bieber
– él se giró mientras seguía buscando entre los sillones. – Tengo una copia
aquí – saqué las llaves del bolso y el sonrió
Abrió
la puerta y miró mi mano. Miré hacia el frente, paparazzis con cámaras. Después
del artículo que había leído en esa revista, quería desmentirlo. Por qué?
Porque amo besarle aunque sea solo por fama o dinero. Me da igual, sentir el
calor de sus labios sobre los mios lo compensa. Hacía mucho tiempo que un chico
no me trataba como lo hace él, aunque yo solo le insulte. Pero después de todo esto,
es obvio que le odio. Pero también es obvio que en este juego ,el amor gana al
odio.
Volvió
a mirar mi mano y asentí. Entrelazamos nuestras manos y volví a sentir esas
mariposas. Me sonrió y andamos hacia el coche mientras los paparazzis nos
hacían fotos.
Puso
la radio para hacer el viaje hasta los estudios de Ellen más ameno. Sonó
nuestra canción, el famoso dueto con el que empezó todo esto. Le miré y me
sonrió. Era él el que conducía
-Me
encanta la voz de esta chica. Bueno, en realidad me encanta ella entera – dijo
en la parte en la que yo cantaba
-Te
equivocas de chica. No es beyoncé – el empezó a reir
-Lo
sé. Aún así, ella es increíble – dijo mirándome, aunque yo evitaba su mirada en
todo momento - _____
-Qué?
-¿Qué
tiene logan que no tenga yo? – le miré y suspiré. “Nada, tú eres perfecto”
Pensé para mí misma
-Mira
a la carretera Bieber
-Dime
que tiene él que no tenga yo
-Justin,
la carretera
-¿Me
acabas de llamar por mi nombre? – le miré, seguía con su vista pegada en mi. Le
miré extrañada – Siempre me llamas Bieber o idiota.
-Idiota,
estate atento a la carretera – el sonrió y yo volví a desviar la mirada de él
-Enana,
mírame – le miré y su sonrisa tímida con ese brillo en sus ojos caramelo y su
peino despeinado me atraparon por completo – No te creo.
-Deberías
creerme, es verdad
-Pues
no te creo y… - vi como un coche se acercaba mucho al nuestro
-JUSTIN,
LA CARRETERA! – él miro al segundo hacia la carretera y dio un fuerte frenazo.
Le miré al igual que el ami. Él trago saliva y salió del coche. Al parecer todo
estaba bien. Volvió a entrar al coche y apoyó su cabeza en el respaldo mientras
suspiraba – Casi nos matas.
-Quien
te ha dicho que yo esté vivo? – le miré mal y el sonrió – Ya sabes de sobra que
me matas cada vez que sonríes – intentaba ser vulnerable a todo lo que él me
decía, pero conseguía que sus palabras se colaran por mis oídos y llegaran a mi
corazón
-Arranca
el coche, Bieber
-Y
si no qué? Me vas a pega? Te pones tan guapa cuando te enfadas – me acarició la
mejilla. Me aparté de él secamente.
-Vas
a arrancar de una vez o voy andando?
-No
serías capaz…
-Mírame
– abrí la puerta del coche. Estaba lloviendo. Maldición. Me armé de valor y
empecé a andar por el carril de la autopista. Justin se bajó del coche y empezó
a andar detrás de mi. Mi pelo estaba totalmente húmedo
-Ven
aquí enana – me cogió del brazo y me giró
-Suéltame
idiota
-¿Soltarte?
Nunca. Y dejarte ir… menos – estaba muy cerca de mi y las gotas caían por su
cara hasta llegar a sus labios. La lluvia los hacía demasiado apetecibles. Miré
sus ojos caramelo de nuevo. Mariposas que no se cansan de revolotear en mi
estómago. Ójala tuviera insecticida. – Veo que tengo que recurrir a la opción B
– Sin dudarlo dos segundos me cogió a modo de saco de patatas cargándome en uno
de sus hombros.
-Te
odio Bieber
-Te
adoro Moore – refunfuñé y el rió. Después me metió en el coche.
Me
llevo hasta el estudio de Ellen. Me metí en mi camerino para prepararme para la
entrevista mientras las maquilladores y peluqueros me arreglaban un poco. Les
di la enhorabuena, me encantaba como quedaba en mi ese gloss y esas hondas en
mi pelo. Sonreí al espejo. Vi como la puerta se abría. Me giré con una sonrisa
esperando que fuera Justin pero era Jasmine. La sonrisa se borró de mi cara
-¿Qué
haces tú aquí? – dije seria. Ella sonrió
-Vengo
a venir a ver a mi novio, ¿sabes donde esta? – la mire extrañada
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