(Suspiré. Y si los paparazzis si habían visto la pelea? Adiós a la reputación de Justin por mi culpa. Cogí el teléfono)
Scooter solo llamo para preguntar por Justin. Le conté todo, no me quedaba remedio. Me prometió que no se lo contaría a nadie y que sería un secreto. Después vino a recogerlo. Suspiré aliviada al saber que ningún paparazzi había visto la pelea y que esto solo iba a ser un simple secreto
A la mañana siguiente, Jenette y yo nos preparamos para ir a desayunar a un Starbucks. Me daba pereza cocinar algo, así que nos vestimos y cogimos el coche. Ese día si tenía que ir al estudio de grabación, pero para terminar ya definitivamente la maldita canción. Quién me iba a decir que mis sentimientos podían cambiar por un simple dueto? Jenette tenía cosas que hacer, así que no me acompañó al estudio. Miré el reloj, las 12 y media de la tarde. Bien, llegaba puntual
Llegue al estudio y me metí en la sala correspondiente. Estaban Scooter, Vane, la madre de Justin y Justin. Me presenté a la madre de Justin. Era una señora encantadora. Me metí en el estudio con el micrófono y los cascos, y me dejé atrapar por la música. La verdad es que esa canción era preciosa, no voy a negarlo nunca.
Salí del estudio, el productor nos puso la canción una vez más para que la oyéramos. Me encantó como quedo. Justin me miró y sonrió. Se acercó a mi y me abrazó por la espalda, apoyó su cabeza en mi hombro
-Me encanta esta canción, tanto como tú – le miré y sonreí
-No tienes porque fingir, aquí no es necesario – le susurré. El me miró y negó sonriendo
-Fingir? Enserio crees que lo hago? – me aparté de él disimulando y asentí. El negó con la cabeza. Aparté mi mirada de la suya
-Tengo una idea increíble – dijo Scooter. Le miré con mala cara, sabía lo que significaba esa cara – Justin mañana tiene un concierto en Los Ángeles. Sería una ocasión perfecta para estrenar la canción – le miré con mala cara - ________, puedes dejar de mirarme así?
-Me parece una idea impresionante, y a ti cielo? – dijo Justin mirándome. Odiaba tener que hacer esto. Sentir que le amaba a veces y que a ratos quisiera matarlo. Este era uno de esos ratos. Me estaba sintiendo utilizada de nuevo
-Fama, no? Fama y dinero – suspiré enfadada – está bien.
Por la noche hice las maletas, le conté todo a mi madre. Ella vendría a los ángeles conmigo y con Ryan. Aunque dudaba que lo hiciera por mi. Mi padre vive en los ángeles. Sé que mi madre lo echa de menos, sería una buena escusa para ella para poder ir a verlo
Me metí en twitter antes de irme a dormir. Seguí a varios fans, mencioné a otros varios. Me metí en el perfil de bieber, pura curiosidad. Tenía una mención suya que ignoré, no iba a contestarla. Pero algo me llamó la atención. Subió una foto a su instagram de… de mi. Miré extrañada la pantalla del ordenador. Era una foto mia sonriendo, desprevenida. Título de la foto: La amo demasiado. Sonreí como una imbécil y apagué el ordenador. Debería dejar de pensar tanto en él. Solo me quiere para la fama, diga lo que diga
Nuevo día, nueva mañana. Las 8 y media, un taxi me vendría a recoger a mi, a mi madre y a mi hermanito en media hora. Me duché, me vestí, me peine un poco y cogí la maleta. Justo a tiempo. Cuando bajé mi madre ya estaba abriendo la puerta para irnos en el taxi. Cogí al pequeño Ryan y lo metí conmigo en el taxi.
Un vuelo bastante largo. Iba sentada sola en el avión, a pesar de que Justin y yo íbamos en el mismo. Pero entonces una mano se apoyó en mi muslo, me giré sobresaltada y era bieber. Le sonreí falsamente, cogí su mano y la coloqué al lado suya mientras seguía escuchando música. Él me quitó los cascos. Le miré enfadada. Me devolvió los cascos y leí en sus labios un “te quiero” le ignoré y seguí sumerjida en la música
Cuando por fin llegamos miles de fans nos esperaban. Obligada, entrelacé mis dedos con los de Justin y empecé a andar por la terminal. Oía miles de gritos. Le pedí a Justin que paráramos a saludar a algunas fans, el me sonrió y asintió. Nos acercamos a ellos y firmamos autógrafos los dos, fotos y abrazos. Consuelo para las fans y muchas sonrisas.
-_______, Justin y tu sois super tiernos. Hacéis una pareja perfecta – dijo una fan con ojos claros. La sonreí
-Gracias cielo
-Ella es la tierna y la perfecta – noté unas manos en mi cintura y me giré. Era Justin, le miré y le sonreí. Todo teatro.
-No tenéis ganas de matarme? – dije riendo a unas chicas que llevaban puesta una camiseta en la que ponía “I love Justin Bieber”
-No, porque haces feliz a nuestro ídolo – la sonreí y miré a Justin. Él musitó un “Es verdad” y me besó. Oí unos cuantos gritos y esperaba miles de niñas descuartizándome, pero oí comentarios tipo: “Dios, los amo” “Son perfectos” “La mejor pareja del mundo”
Nos despedimos de ellas y llegamos al hotel. Después de instalarnos en el hotel fuimos al estadio donde él actuaría para realizar las pruebas de sonido. Era un estadio muy grande y amaba esa sensación de estar en un escenario y que miles de personas gritaran mi nombre y cantaran conmigo. Me hacía sentir especial. Hice las pruebas junto a Justin, todo perfecto. Él ensayo sus bailes, la verdad es que sus conciertos tenían que ser increíbles. Cantaba desde un gran corazón de metal, salía al escenario de entre el humo… si, desde luego, increíble era la palabra
Últimos minutos para que empezara el concierto. Estábamos todos en una misma sala, en el camerino de Justin. Yo me vestí con un top con miles de brillantes y una falda de tutú. Sabía que iba a deslumbrar con eso sobre el escenario, sentirme una estrella de verdad. Justin entró en mi camerino
-No te han enseñado a llamar antes de entrar? – dije molesta mientras terminaba de peinarme
-No estas desnuda, no hay problema – lo miré mal mientras él reía – Estas preciosa – dijo mirándome detenidamente
-He dicho que pares de actuar así cuando hay gente delante – me giré para mirarlo, estaba sobre el marco de la puerta mirándome de arriba abajo
-O si no qué?
-Me estas retando Bieber? – el rió y se acercó a mi. Yo estaba sentada en una silla. El puso sus manos en los posabrazos, rozando el límite de mi espacio vital empezó a acercarse a mi cara
-Me gusta retarte, no te lo tomes a mal – suspiré y aparté la mirada de sus ojos. - ____, tienes miedo a perder? – reí y le miré
-Perder el qué?
-La cabeza por mi – reí irónicamente y le miré detenidamente a los ojos
-Ya vuelves a ser el niño creido de siempre? Que poco te ha durado la dulzura
-Pensaba que enamorarte iba a ser más difícil – volví a suspirar e intenté levantarme d ela silla pero él me detuvo. Ya estaba en medio de antes
-Justin, te odio. Te queda esa idea clara? – sonrío y me apartó un mechón de pelo de mi cara
-Del odio al amor, solo hay un paso. Te queda esa idea clara? – dijo imitando mi voz. Sus ojos con ese brillo especial me atraparon de nuevo. Pero volví a la realidad a tiempo, ya que mi móvil empezó a sonar. Me levanté y choqué con Justin, volví a mirar sus ojos y sus labios, demasiado cerca de los mios y su perfume dejándome totalmente atontada. Le aparté y cogí el movil. Solo era un mensaje
Leí atentamente: “Soy Dylan. Te cuento una cosa? Puedo denunciar a Justin, y tengo mis argumentos. No lo haré si haces lo que te pido. Y sé que no quieres que lo denuncie. Llámame en cuanto puedas”
Scooter solo llamo para preguntar por Justin. Le conté todo, no me quedaba remedio. Me prometió que no se lo contaría a nadie y que sería un secreto. Después vino a recogerlo. Suspiré aliviada al saber que ningún paparazzi había visto la pelea y que esto solo iba a ser un simple secreto
A la mañana siguiente, Jenette y yo nos preparamos para ir a desayunar a un Starbucks. Me daba pereza cocinar algo, así que nos vestimos y cogimos el coche. Ese día si tenía que ir al estudio de grabación, pero para terminar ya definitivamente la maldita canción. Quién me iba a decir que mis sentimientos podían cambiar por un simple dueto? Jenette tenía cosas que hacer, así que no me acompañó al estudio. Miré el reloj, las 12 y media de la tarde. Bien, llegaba puntual
Llegue al estudio y me metí en la sala correspondiente. Estaban Scooter, Vane, la madre de Justin y Justin. Me presenté a la madre de Justin. Era una señora encantadora. Me metí en el estudio con el micrófono y los cascos, y me dejé atrapar por la música. La verdad es que esa canción era preciosa, no voy a negarlo nunca.
Salí del estudio, el productor nos puso la canción una vez más para que la oyéramos. Me encantó como quedo. Justin me miró y sonrió. Se acercó a mi y me abrazó por la espalda, apoyó su cabeza en mi hombro
-Me encanta esta canción, tanto como tú – le miré y sonreí
-No tienes porque fingir, aquí no es necesario – le susurré. El me miró y negó sonriendo
-Fingir? Enserio crees que lo hago? – me aparté de él disimulando y asentí. El negó con la cabeza. Aparté mi mirada de la suya
-Tengo una idea increíble – dijo Scooter. Le miré con mala cara, sabía lo que significaba esa cara – Justin mañana tiene un concierto en Los Ángeles. Sería una ocasión perfecta para estrenar la canción – le miré con mala cara - ________, puedes dejar de mirarme así?
-Me parece una idea impresionante, y a ti cielo? – dijo Justin mirándome. Odiaba tener que hacer esto. Sentir que le amaba a veces y que a ratos quisiera matarlo. Este era uno de esos ratos. Me estaba sintiendo utilizada de nuevo
-Fama, no? Fama y dinero – suspiré enfadada – está bien.
Por la noche hice las maletas, le conté todo a mi madre. Ella vendría a los ángeles conmigo y con Ryan. Aunque dudaba que lo hiciera por mi. Mi padre vive en los ángeles. Sé que mi madre lo echa de menos, sería una buena escusa para ella para poder ir a verlo
Me metí en twitter antes de irme a dormir. Seguí a varios fans, mencioné a otros varios. Me metí en el perfil de bieber, pura curiosidad. Tenía una mención suya que ignoré, no iba a contestarla. Pero algo me llamó la atención. Subió una foto a su instagram de… de mi. Miré extrañada la pantalla del ordenador. Era una foto mia sonriendo, desprevenida. Título de la foto: La amo demasiado. Sonreí como una imbécil y apagué el ordenador. Debería dejar de pensar tanto en él. Solo me quiere para la fama, diga lo que diga
Nuevo día, nueva mañana. Las 8 y media, un taxi me vendría a recoger a mi, a mi madre y a mi hermanito en media hora. Me duché, me vestí, me peine un poco y cogí la maleta. Justo a tiempo. Cuando bajé mi madre ya estaba abriendo la puerta para irnos en el taxi. Cogí al pequeño Ryan y lo metí conmigo en el taxi.
Un vuelo bastante largo. Iba sentada sola en el avión, a pesar de que Justin y yo íbamos en el mismo. Pero entonces una mano se apoyó en mi muslo, me giré sobresaltada y era bieber. Le sonreí falsamente, cogí su mano y la coloqué al lado suya mientras seguía escuchando música. Él me quitó los cascos. Le miré enfadada. Me devolvió los cascos y leí en sus labios un “te quiero” le ignoré y seguí sumerjida en la música
Cuando por fin llegamos miles de fans nos esperaban. Obligada, entrelacé mis dedos con los de Justin y empecé a andar por la terminal. Oía miles de gritos. Le pedí a Justin que paráramos a saludar a algunas fans, el me sonrió y asintió. Nos acercamos a ellos y firmamos autógrafos los dos, fotos y abrazos. Consuelo para las fans y muchas sonrisas.
-_______, Justin y tu sois super tiernos. Hacéis una pareja perfecta – dijo una fan con ojos claros. La sonreí
-Gracias cielo
-Ella es la tierna y la perfecta – noté unas manos en mi cintura y me giré. Era Justin, le miré y le sonreí. Todo teatro.
-No tenéis ganas de matarme? – dije riendo a unas chicas que llevaban puesta una camiseta en la que ponía “I love Justin Bieber”
-No, porque haces feliz a nuestro ídolo – la sonreí y miré a Justin. Él musitó un “Es verdad” y me besó. Oí unos cuantos gritos y esperaba miles de niñas descuartizándome, pero oí comentarios tipo: “Dios, los amo” “Son perfectos” “La mejor pareja del mundo”
Nos despedimos de ellas y llegamos al hotel. Después de instalarnos en el hotel fuimos al estadio donde él actuaría para realizar las pruebas de sonido. Era un estadio muy grande y amaba esa sensación de estar en un escenario y que miles de personas gritaran mi nombre y cantaran conmigo. Me hacía sentir especial. Hice las pruebas junto a Justin, todo perfecto. Él ensayo sus bailes, la verdad es que sus conciertos tenían que ser increíbles. Cantaba desde un gran corazón de metal, salía al escenario de entre el humo… si, desde luego, increíble era la palabra
Últimos minutos para que empezara el concierto. Estábamos todos en una misma sala, en el camerino de Justin. Yo me vestí con un top con miles de brillantes y una falda de tutú. Sabía que iba a deslumbrar con eso sobre el escenario, sentirme una estrella de verdad. Justin entró en mi camerino
-No te han enseñado a llamar antes de entrar? – dije molesta mientras terminaba de peinarme
-No estas desnuda, no hay problema – lo miré mal mientras él reía – Estas preciosa – dijo mirándome detenidamente
-He dicho que pares de actuar así cuando hay gente delante – me giré para mirarlo, estaba sobre el marco de la puerta mirándome de arriba abajo
-O si no qué?
-Me estas retando Bieber? – el rió y se acercó a mi. Yo estaba sentada en una silla. El puso sus manos en los posabrazos, rozando el límite de mi espacio vital empezó a acercarse a mi cara
-Me gusta retarte, no te lo tomes a mal – suspiré y aparté la mirada de sus ojos. - ____, tienes miedo a perder? – reí y le miré
-Perder el qué?
-La cabeza por mi – reí irónicamente y le miré detenidamente a los ojos
-Ya vuelves a ser el niño creido de siempre? Que poco te ha durado la dulzura
-Pensaba que enamorarte iba a ser más difícil – volví a suspirar e intenté levantarme d ela silla pero él me detuvo. Ya estaba en medio de antes
-Justin, te odio. Te queda esa idea clara? – sonrío y me apartó un mechón de pelo de mi cara
-Del odio al amor, solo hay un paso. Te queda esa idea clara? – dijo imitando mi voz. Sus ojos con ese brillo especial me atraparon de nuevo. Pero volví a la realidad a tiempo, ya que mi móvil empezó a sonar. Me levanté y choqué con Justin, volví a mirar sus ojos y sus labios, demasiado cerca de los mios y su perfume dejándome totalmente atontada. Le aparté y cogí el movil. Solo era un mensaje
Leí atentamente: “Soy Dylan. Te cuento una cosa? Puedo denunciar a Justin, y tengo mis argumentos. No lo haré si haces lo que te pido. Y sé que no quieres que lo denuncie. Llámame en cuanto puedas”
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